¿Sabías que?
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El aumento mamario o mamoplastia de aumento, es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en cirugía plástica. Se basa en la colocación de implantes en los senos para aumentar el volumen de la mama logrando excelentes resultados y gran satisfacción de las pacientes. Las mamas representan una parte muy importante del cuerpo de la mujer, porque siempre han sido consideradas como una zona impregnada de sensualidad y están inevitablemente asociadas a la belleza femenina. No existe un tamaño ideal de mamas y los cánones de belleza varían mucho de una persona a otra y de un país a otro. En todo caso, lo más importante es que la mujer se sienta a gusto con sus senos y si ese no es el caso existe una solución quirúrgica que puede ayudar.
Las potenciales candidatas para una cirugía de aumento de mamas son aquellas mujeres que se sienten infelices por tener senos pequeñas, las que sienten disgusto por la forma en que le quedan los sostenes y el resto de la ropa, y aquella que después de largos periodos de lactancia, sus mamas se han tornado flácidas. Asimismo, son selectivas para mamoplastia de aumento, las mujeres con mamas caídas debido a una acentuada pérdida de peso, las que tienen asimetrías mamarias (una mama diferente a la otra), y las que requieren reconstrucción mamaria debido a que ha tenido tumoraciones, entre otras causas.
La cirugía de aumento de mamas no puede practicarse en mujeres que no han completado el desarrollo de las mamas, cuya edad tope es 18 años. De igual forma, es importante que la paciente sea emocionalmente madura y conozca todos los pros y los contras de la operación.
En la mamoplastia de aumento se requiere fundamentalmente un implante, que es un elemento usado para aumentar el volumen mamario y que puede ser colocado de manera retropectoral (detrás del músculo pectoral) o de manera prepectoral (delante del músculo pectoral). Todos los implantes, sin excepción, son hechos de silicona, un derivado del sílice, y pueden estar rellenos de gel o de solución fisiológica, aunque este último tipo tiene el inconveniente de vaciarse y de producir formas irregulares de la mamas, así como alguna sensación de ruido al moverse.
Actualmente existen tres formas externas de implantes, los lisos, que son poco recomendados debido al gran porcentaje de encapsulamiento de 20%; texturizados, que se encapsulan sólo 2% de los casos; y los más modernos, de poliuretano, que casi no permiten la retracción de la cápsula y, por consiguiente, no se ponen duros. Los implantes más costosos son los de poliuretano y los menos costosos son los lisos. Con respecto a la altura, están los implantes de perfil alto y de perfil bajo, indicados cuando no se quiere dar tanta proyección a la mama. Siempre se calcula el tamaño en unidades de volumen o centímetros cúbicos (cc). La forma puede ser redondeada o tipo lágrima (aunque es poco usada).
Las técnicas y los mitos
Existen tres técnicas específicas para colocar un implante mamario: Retromuscular (detrás del musculo); Retromamario o Subfacial (detrás de la glándula mamaria con o sin fascia muscular) y la Biplanar (una combinación de ambas). Estas técnicas han demostrado su eficacia y sus beneficios cuando son seleccionadas bajo estrictos criterios científicos y realizadas por personal calificado. Entre los mitos y mentiras que circulan en la opinión pública sobre los implantes mamarios, están en que si se coloca por delante del músculo se generan problemas para amamantar, siendo completamente falso, al igual que cuando se afirma que por detrás del musculo quedan mejor.
También se señala que los implantes que se colocan por delante del musculo no se puede ver bien una mamografía o un ecosonograma mamario, lo cual es falso porque actualmente se pueden hacer estos exámenes sin problemas. De igual forma, se señala que por delante del músculo los senos se caen más rápido, lo cual se desvirtúa con lo afirmado por algunos especialistas, quienes explican que con los implantes de poliuretano, escogiendo bien a las pacientes candidatas a este procedimiento y colocando volúmenes en un rango razonable, los resultados a largo plazo son excelentes.
Las formas de introducción de los implantes en la cirugía de aumento de mamas tienen tres vías: Periareolar (una incisión en la interface localizada entre la areola y la piel), Axilar (incisión en la región axilar) y Submamaria (incisión en el surco que se encuentra debajo de la mama). El abordaje más frecuente suele ser el Periareolar, ya que la cicatriz, al quedar entre la piel y la areola, pasa prácticamente desapercibida en la mayoría de los casos. Los dos abordajes restantes se usan para pacientes que tengan una areola menor de 3 cm por donde difícilmente podría introducirse un implante. Las cicatrices dependerán del tipo de cicatrización de cada persona, aunque en la mayoría de los casos será muy satisfactoria.