Con el paso de los años, es común que la piel pierda elasticidad y comience a descender de su lugar habitual, sobre todo en áreas como el rostro y el cuello, avejentado la apariencia de las personas.
No obstante, el envejecimiento del rostro y el cuello no sólo responde al paso de los años, también obedece a la estructura , del tejido blando y muscular de cada quien, sino a factores externos como el estrés, la excesiva exposición al sol, el tabaquismo, entre algunos otras variantes.
Es por ello que desde hace muchos años, cirujanos de todas partes del mundo han recomendado la realización de la ritidoplastia o lifting facial, un procedimiento quirúrgico que corrige la caída de la piel en esas zonas del cuerpo.
Es importante resaltar que con el rejuvenecimiento facial, no se busca simplemente “estirar la piel”, sino que se busca estiramiento y la reafirmación de la estructura muscular para realmente reposicionar los tejidos.
Generalmente, con el lifting facial realizan incisiones que les permiten reposicionar la estructura muscular que le da sostén al rostro y las ubican de modo que sean ellas las que soporten la tensión de la cirugía. De este modo, evitan su ensanchamiento o engrosamiento. Estas marcas suelen ocultarse en zonas del cabello o entre los pliegues naturales de las orejas.
A la hora de pensar en una cirugía facial, es importante que tanto el paciente como el médico tratante estén de acuerdo en el trabajo que se va a realizar y que, desde la primera consulta, se establezcan futuros resultados que sean razonables y que respeten el equilibrio estético del rostro.
Esta cirugía suele requerir anestesia general, por lo que el paciente debe permanecer 24 horas bajo vigilancia médica. Normalmente, el procedimiento se realiza estirando las distintas capas del tejido de la cara para reubicarlas en su posición correcta. Luego, se retira el exceso de grasa y piel para mejorar el aspecto del contorno general.
Una vez concluida la operación, al paciente se le colocan distintos drenajes para extraer el líquido que pueda acumular, así como un vendaje en el rostro. Los cirujanos explican que habitualmente aparecen moretones e inflamación durante las primeras semanas después de realizada la intervención, pero que van desapareciendo con el paso de las semanas.
Los doctores advierten que, al igual que cualquier otra operación, pueden existir algunos riesgos típicos, los cuales son minimizados dependiendo de la experiencia del cirujano. Usualmente, las complicaciones atribuidas a esta intervención pueden ir desde hematomas, lesiones temporales de los nervios faciales, infecciones y reacciones a la anestesia.
Luego de la operación, es común que el paciente sienta algunas molestias en la zona, pero nada que los analgésicos recetados y la recuperación no puedan aminorar.
Usualmente, los pacientes que se someten a un lifting facial pueden regresar a sus actividades habituales en un par de semanas. Se aconseja evitar exponerse al sol, sobre todo durante las tres primeras semanas de realizada la operación.