Gledys Coromoto Ibarra Ramírez, es una actriz venezolana, nacida Caracas, el 19 de noviembre de 1960. Destaca como un valioso talento de Mujer Latina Venezuela, de origen muy humilde. Sus inicios en la carrera artística fueron a través de un vuelo rasante por el teatro, cuando apenas tenía 13 años de edad. Luego, se presentó como modelo del programa «Súper Sábado Sensacional» en la década de los años 80, antes de que surgieran oportunidades de pequeñas apariciones en programas de corte humorísticos como Radio Rochela y en algunas producciones dramáticas. Su primer papel importante en la actuación lo obtuvo en el año 1986, en la telenovela Cristal, escrita por la internacionalmente famosa Delia Fiallo.
La propia actriz ha confesado que sus inicios fueron muy duros y se sintió discriminada por su color de piel y su pelo de negra, aunque sus ojos verdes impactaron desde siempre en las pantallas de televisión y de cine. No obstante, entendió que más fuerte que la discriminación es la autodiscriminación en la cual nunca caería. Por eso, con la valentía de la Mujer Latina, no dejó escalones por subir. Así actuó como extra siendo la señora que cruza la calle, la que come papita en el cine, la que corría en alguna escena. Con ese estatus llegó a la telenovela Leonela (1984), a algunos cuentos de Rómulo Gallegos y otros. La oportunidad de hablar frente a las cámaras, se le dio en la telenovela Topacio (1985).
A partir de su actuación en Cristal, su horizonte se hizo más claro, aunque siempre supo cuál sería su destino en la actuación. En la renombrada telenovela, después de su talento dramático, impactaban los hermosos ojos verdes de Nancy, la señora de servicio doméstico. El color de sus ojos, se lo atribuye a su abuela materna. “Siempre me ha parecido una particularidad hermosa, pero así como tengo de verde mis ojos, tengo de afro mi pelo. Mi raíz es una verdad innegable, aunque me haya colocado tres potes de Lisita (desriz)», comentó de manera jocosa en una entrevista.
Aunque esta actriz siempre ha sido muy discreta en su vida privada, especialmente respecto a sus relaciones amorosas, el 6 de noviembre de 2014 presentó públicamente imágenes de su segunda boda con su pareja durante siete años, el británico Martin Brian Smith, a quien conoció cuando trabajó en Colombia. “Aquel día salí a comer en la piscina donde nos servían a los actores y él estaba solo. Creyendo que era un actor nuevo, le pregunté por mis otros compañeros. Me respondió que no me entendía. Él es inglés y me disculpé en inglés. Enseguida llamé a la cocina y me dijeron que bajara hasta allá porque mis compañeros estaban reunidos comiendo, pero a mí me gustó tanto ese hombre que pedí comer sola en la piscina. Él se acercó y me preguntó si me molestaría comer con él. ¡Podrás imaginar! Ese día hablamos hasta medianoche y quedamos en contacto virtual durante dos meses, cuando vino a Venezuela», narró la protagonista de esta historia de amor.
De sus relaciones amorosas anteriores sólo se conoce la procreación de dos hijas, a quienes adora y le han dado nietos. Además, le gusta disfrutar de la soledad de su casa y su descanso en una hamaca que tiene dispuesta en uno de sus ambientes de tranquilidad.
Ibarra se ha sabido ganar el respeto del público interno y externo, siendo una actriz muy querida en su país y ejemplo de Mujer Latina para el mundo. En sus roles actorales figuran una infinidad de dramáticos, entre los que se cuentan Por estas calles, La Intrusa, Amores de fin de siglo, Cosita Rica y Angélica Pecado; en esta última fue, precisamente, donde tuvo la oportunidad de encarnar -por primera y única vez- a la villana del cuento. A sus interpretaciones en televisión se unen sus participaciones dentro del cine venezolano, en películas importantes como Santera y Sicario, Seguro está el infierno, Asesino nocturno, El piloto de Río Verde, La nave de los sueños, 13 segundos y Taita Boves.
Asimismo, está su especialización en dirección de cine y de su afición por el canto, el dibujo y la fotografía profesional. La mayoría de sus trabajos en TV fueron en Radio Caracas Televisión; sin embargo, participó en producciones de Venevisión, Caracol Televisión y Telemundo. En el Festival de Cine Internacional de Tokio de 1995 fue galardonada con el Premio a la Mejor Actriz de Reparto, por su actuación en el filme Sicario en concurrencia con Ellen Muth por Eclipse total.
La política desde adentro y afuera
Gledys Ibarra ha mantenido una visión muy firme en aposición al gobierno del presidente Nicolás Maduro, cuestionando la crítica situación que viven los venezolanos en los últimos años de revolución. La situación la obligó a migrar a Miami por un espacio de dos o tres años, debido a lo mermado que estaba el empleo para los artistas en su país. Algunas personas cuestionaron su interés de participar en casting para actuar en otras latitudes, a lo que respondió: “Se les olvida que también fui a demostrar cómo se trabaja en Venezuela, que los actores venezolanos tenemos una formación enorme”.
Asimismo explicó que la experiencia ganada en el exterior, además de dejar pruebas del talento de la Mujer Latina, le ha hecho ver que, a nivel de planificación, los actores venezolanos pudieran entender que han trabajado con premura y más adrenalina. “También me dice lo bien que hemos trabajado en el país. En Venezuela hemos sido maestros y eso no lo digo para echarle flores a nuestra industria. Contamos con trabajos que son joyas y los venezolanos lo sabemos», dijo.
De regreso a su patria, Ibarra debutó como conductora en un programa radial de entrevistas que se transmite en la señal de Onda La Superestación, denominado “Injustos y pecadores”. La verdadera “negra” consentida de la televisión venezolana, ejemplo de Mujer Latina Venezuela, regresó con nuevos registros en su hoja de trayectoria profesional con sus participaciones en la telenovela Santa Diabla, en la serie juvenil Grachi, en la película independiente The Past of the Sun, y en obras teatrales en las cuales fungió como actriz, directora y escritora. Todo un despegue actoral que también ha tenido su aterrizaje venezolano.
La vuelta de Gledys Ibarra al país, luego de su experiencia internacional, tiene a su vez otros regresos. Nuevamente trabaja en RCTV, su primera casa profesional. Y, nuevamente, acompañará, como lo hizo en La Mujer de Judas, a Martin Hahn, encargado de escribir Piel Salvaje, el remake de La Fiera, la telenovela de Julio César Mármol que en 1978 uniera a Doris Wells y José Bardina.