El zika ha afectado a miles de personas en el continente Latinoamericano.Sin embargo, entre este gran número de afectados, son las mujeres embarazadas las que se han llevado la mayor parte.  Sobre todo, después que Brasil detectara un incremento en los casos de microcefalia en los bebés de pacientes con el virus transmitido por el mosquito aedes aegypti.

En enero de 2016, las autoridades sanitarias brasileñas indicaron que habían detectado cerca de 4.000 casos sospechosos de microcefalia. Ante esto,países como Colombia y Jamaica, y por ende el mismo Brasil, encendieron sus alarmas recomendando a las mujeres posponer los embarazos como medida de precaución.

Por su lado, la Organización Mundial para la Salud (OMS) emitió una alerta epidemiológica sobre la posible relación entre el zika y la microcefalia y otras enfermedades en recién nacidos e instó a los países a tomar medidas para detectar los casos del virus y a prepararse para atender a los afectados, así como para erradicar al zancudo transmisor.

Según un estudio del Instituto Carlos Chagas en Brasil, el zika coloca en riesgo al feto al conseguir traspasar la placenta de los gestantes. En análisis iniciales se cree que las embarazadas que tienen mayor riesgo de contagio, son las que están en el primer trimestre de gestación.

Sin embargo, las autoridades brasileñas aseveran que aún se debe establecer cómo se transmite el virus, su actuación en el organismo y cómo afecta al feto, por lo que expertos del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de EEUU (CDC) viajaron a Brasil para investigar la relación entre el zika y la microcefalia.

La doctora Ángela Rocha, del Hospital Universitario Oswaldo Cruz en Brasil, explicó que se considera que un bebé padece microcefalia si, al nacer, el perímetro encefálico es igual o menor a 33 centímetros. Aseguró que, dependiendo de la semana de la que nazcan, lo normal es que mida entre 34 y 37 cm.

Explicó que en Brasil se están viendo muchos infantes con cabezas de 28 ó 29 cm, niños que toda su vida deberán ser tratados por neurólogos y que pueden sufrir consecuencias graves como incapacidad para hablar, caminar o presentar alteraciones en todo el desarrollo psicomotor.

Rocha contó que muchas madres creen, esperanzadas, que las cabezas de sus bebés crecerán y que todo será normal, pero advierte que la realidad es otra porque llegará un momento en que el cerebro deba hacer otras funciones y se conseguirá con limitaciones.
Esto es porque, según explicó Rocha, el zika causa un proceso inflamatorio que deja cicatrices en los cerebros de los fetos infectados entre el primer y cuarto mes de gestación.

1 COMENTARIO

  1. En la actualidad es muy controversial hablar sobre el tema debido a que la evidencia en los casos es muy baja sin embargo es prudente informar a la población en riesgo de acudir a los centros de salud en el caso de sospecha para poder tener una base fiable de datos, en el caso embarazadas acudir a especialistas Obstetras para que puedan diagnosticarse y canalizar casos de forma expedita

Dejar una respuesta