Un matrimonio efectivo, nutritivo, conectado y seguro es un aval para la sociedad. El concepto simple sobre lo que es el matrimonio, lo presenta como la unión de dos personas mediante determinados ritos o formalidades legales y que es reconocida por la ley como familia. En el catolicismo y otras confesiones cristianas, se toma como el sacramento que une indisolublemente a un hombre y una mujer, y por el que se comprometen a vivir de acuerdo a las prescripciones de la Iglesia.

Más allá de ser un vínculo conyugal, es la institución social que constituye la familia, y por ende, encontrando relación directa con las tasas de natalidad de las sociedades en donde se consoliden. Por ser una institución sumamente extendida en el mundo, aunque no de modo universal, la definición del matrimonio es materia de diversas disciplinas. Desde el punto de vista del derecho occidental, el matrimonio constituye una unión de dos personas que tiene por finalidad constituir una familia. Hasta hace pocos años se consideraba un elemento esencial de la definición, el hecho que ambos contrayentes debían ser de sexo opuesto, pero en el último tiempo este elemento ha sido objeto de moderaciones debido a la apertura, en algunos ordenamientos, al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Si vamos más allá de todo contexto juridico-social y lo enfocamos desde el punto de vista de la convivencia entre dos personas que anhelan una vida juntos para alcanzar metas comunes más allá de ser padres, y desarrollarse como pareja, como emprendedores, como profesionales cada uno en su área, como creativos conectados con su talento, sería una redefinición del matrimonio.

El matrimonio se ha enmarcado como la basa para tener una familia dentro de la llamada institución familiar. Sin embargo, el matrimonio puede estar conformada por una pareja que haya decidido no tener hijos y seguir siendo una célula fundamental de la sociedad.

Lo importante es como la convivencia en pareja afecta de manera positiva a su entorno y contribuye a un desarrollo social que promueva valores sociales y espirituales universales.

Un matrimonio efectivo, nutritivo, conectado, íntimo y seguro es un aval para la sociedad. Es una fortaleza para el desarrollo social de un entorno en particular y afecta de manera positiva el crecimiento y el asentamiento de los valores fundamentales de la humanidad.

 

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