Hablamos del enamoramiento, como el estado emocional de la persona producido por la alegría que le genera estar con otra en particular, con quien siente una identificación plena y con quien puede compartir muchas cosas de la vida, más allá del proceso bioquímico que comienza en la corteza cerebral y termina en la segregación de la dopamina, que regula la motivación y el deseo y hace que repitamos conductas que nos proporcionan beneficios o placer.
Por ello, podemos enamorarnos una y otra vez antes de encontrar el amor eterno. Es aquí donde debemos detenernos y preguntarnos ¿ qué pasó en la relación anterior?… ¿se acabó el amor?… ¿me desilusioné? .
Las mujeres fantaseamos con el hombre ideal y lo dibujamos con características emocionales prácticamente inhumanas y fuera de toda contexto real. Nos enamoramos de ese diseño de hombre que hacemos y por ende perdemos la perspectiva de la realidad.
Dicho diseño va a tener unas características físicas que nos atrae de un estilo de hombre en particular, como por ejemplo, delgado, alto, robusto, mediano, moreno, rubio, tipo Superman o Ninja, y así vamos hasta que creamos nuestro propio Ken, mejor que el de la Barbie. Entonces, nos condicionamos hacia un físico y unas emociones extraterrestres de un hombre que existe en nuestra ilusión y perdemos la capacidad de observación, la objetividad y la oportunidad de conocer a alguien genuino tal como es.
Esa ilusión nunca llega, ese hombre ideal generalmente no aparece, llega un tipo común y corriente, con ciertas características semejantes a las que buscamos en un hombre. Entonces, al tiempo de salir juntos, empiezas a ver la realidad y comienza la incomodidad de no sentirte a gusto con tu pareja, porque tus expectativas no han sido satisfechas. Te enamoraste de tu ilusión, no del hombre real que tienes enfrente. Ese ser humano que tienes ante tus ojos y no se parece al Ken que tu inventaste en tu mente, podría ser un ser maravilloso si te atreves a descubrirlo sin prejuicios y estereotipos que lo único que hacen es que la gente sea falsa para cuadrar dentro de un determinado grupo social.
Para que esto no te siga ocurriendo, date la libertad de conocer a alguien tal como es, no te limites a tus creencias o preconceptos que tienes de un hombre o una relación ideal. Se genuina y sincera y descubre en el otro sus virtudes y defectos y aprende a tolerar y a conciliar. El hombre perfecto existe en tu mente, no en la vida real y las ilusiones se desvanecen y son eso, ilusiones. Te recomiendo que hagas un ejercicio y te atrevas a conectarte desde la honestidad de tus emociones. No te enamores de la ilusión. Enamórate de un hombre de verdad.
Por: MLUSA