La Organización Mundial de la Salud (OMS), emitió alerta sobre una «epidemia mundial» causada por el consumo excesivo de azúcar blanca. Con esta situación, se prevé el aumento drástico de la obesidad y la diabetes en la población, ya que el creciente consumo de azúcar tiene graves consecuencias. En Estados Unidos, el uso del producto se ha triplicado en los últimos 50 años, sobre todo el que procede del jarabe de maíz, utilizado para endulzar bebidas, salsas y otros productos industriales. Aunque en España la ingesta de esta sustancia es mucho menor, en los últimos años su consumo ha aumentado un 20%, según datos de un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Un dato preocupante para muchos expertos, ya que tanto la obesidad como las enfermedades relacionadas con el sobrepeso están aumentando, sobre todo en la población infantil donde el 26% tiene exceso de peso y un 19% está obeso. De hecho, los pediatras ya advierten de un futuro aumento de la diabetes tipo 2 en niños. Además, el azúcar añadido se encuentra en innumerables productos, lo cual es verificable revisando la etiqueta nutricional de los alimentos procesados, se detectará un nivel nada despreciable de esta sustancia en un formato u otro: zumos artificiales, bebidas carbonatadas, batidos, cereales, pan industrial, y caldo de verduras, entre otros.
En conocimiento de los peligros que representa el consumo del azúcar blanco en las personas, se pueden identificar los siguientes elementos que afectan negativamente el organismo humano:
- Engorda: El azúcar se absorbe rápidamente en forma de glucosa y aporta energía de inmediato. Si ésta no se consume en el momento, el cuerpo la almacena transformándola en grasa. Por otro lado, la fructosa, presente en vegetales y frutas, se metaboliza y se guarda en el hígado. Una dieta rica en fructosa puede producir un hígado graso y resistencia a la insulina, lo que puede ocasionar diabetes de tipo II.
- Influye en el ánimo: En pequeñas cantidades, el azúcar ayuda a liberar serotonina, que proporciona una sensación de bienestar generalizada. Sin embargo, un consumo excesivo puede originar depresiones y ansiedad. Los cambios súbitos de los niveles de azúcar en la sangre pueden provocar irritabilidad, cambios de humor y nerviosismo.
- Acelera el envejecimiento: Es la culpable es la glicación, un proceso derivado de una alimentación inadecuada rica en azúcares. El exceso de glucosa no encuentra vehículos que los transporten a las células y se termina uniendo a proteínas como el colágeno. En consecuencia, las fibras de colágeno se tensan y la piel pierde elasticidad. Los desechos no se eliminan y la piel se vuelve flácida y vulnerable a los años.
- Destruye la flora intestinal: Una flora intestinal sana favorece la digestión y protege el aparato digestivo de bacterias dañinas. Un elevado consumo de azúcar fomenta la reproducción de los hongos y parásitos que habitan en el intestino. Sobre todo la de la cándida, un hongo en forma de levadura que en grandes cantidades provoca muchas infecciones. El azúcar también ocasiona flatulencia, estreñimiento y diarrea.
- Es adictivo: El cerebro de los obesos reacciona al azúcar de una manera similar al alcohol u otras sustancias adictivas, pues libera dopamina en grandes cantidades.
- Aumenta la agresividad: Las personas que consumen gran cantidad de azúcar tienen mayor tendencia a la agresividad. También es sabido que el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) en niños está muy influenciado por el azúcar. Cuanto más consumen peor se concentran, más nerviosos están y más les cuesta permanecer sentados durante mucho tiempo. Se aconseja que los niños en edad escolar eviten el azúcar.
- Debilita el sistema inmunológico: Un abuso de azúcar puede inhibir el sistema inmunológico y debilitar las defensas contra enfermedades infecciosas. Poco después de su consumo, el sistema inmunológico se debilita en un 40%. El azúcar roba la vitamina C que necesitan los glóbulos blancos para combatir los virus y las bacterias. Además crea una tendencia a las inflamaciones, que, a su vez, pueden desencadenar muchas enfermedades.
- Favorece la aparición de Alzheimer: Muchos estudios han demostrado que un consumo excesivo de azúcar aumenta el riesgo de padecer Alzheimer. En un informe de 2013 se probó que la resistencia a la insulina y los valores altos de azúcar en la sangre (dos síntomas claros de diabetes) también están relacionados con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
- Aumenta el riesgo de padecer cáncer: Las células cancerígenas se alimentan de azúcar. Un equipo de científicos de la Harvard Medical School investiga el papel del azúcar en la aparición de células cancerígenas. Ellos defienden que, en muchos casos, el cáncer sólo puede aparecer con un elevado consumo de azúcar. Aunque todavía no está demostrado, se recomienda, también a las personas delgadas, consumir el mínimo de azúcar posible.
- Genera pérdida de memoria: Un elevado consumo de azúcar puede dañar la memoria. Un estudio de la Clínica Charité de Berlín, probó que las personas con el azúcar muy alto tienen un hipocampo más pequeño. Esta región del cerebro es muy importante para la memoria a largo plazo. Los sujetos de este estudio demostraron en las pruebas una peor memoria que aquellos con al azúcar bajo.