El prejuicio o discriminación hacia hombres y mujeres homosexuales, extendido a bisexuales y a transexuales, genera el rechazo hacia esta comunidad que piensa y siente diferente. Pulse, club gay en Orlando, que celebraba una “noche latina” es hoy en los Estados Unidos, la masacre más grande de su historia.

La homofobia es un problema de tipo social y como tal debe ser tratado. Es un rechazo a la diversidad, y como el prejuicio religioso o racial, tiene sus bases en el miedo a lo desconocido y  a lo diferente, con la misma fuerza irracional que caracteriza a los anteriores.

Los prejuicios limitan al ser humano en su socialización con el entorno, hecho que los aísla de determinadas actividades, congregaciones, lugares, grupos,  religiones, entre otros, encerrándolos en un mundo obsesivo donde el sentimiento de amenaza a sus pensamientos y estilo de vida se hace una constante. La respuesta a dicha amenaza está cargada, en algunos casos,  de actos de violencia, rabia y paranoia.

La familia, tiene un gran porcentaje de responsabilidad ante los prejuicios y creencias que se asumen como la única y verdadera realidad, a la cual se hace “un juramento” de fidelidad; a esto se suma, la escuela, los medios de comunicación y las amistades.

Ahora bien, el uso del terror para mostrar la incapacidad de vivir con gente que no piensa y siente igual, bajo una bandera religiosa, o una creencia en particular, es un acto de cobardía y odio hacia sus semejantes.

Mujer Latina USA acompaña a familiares y amigos de las víctimas en sus sentimientos.

#prayfororlando

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